martes, 29 de enero de 2019

Microrrelato #Origireto2019



Este microrrelato lo he decidido enlazar con el de Roxana_B_R, el cual me pareció tan bonito, que quise situar el mío en aquel mismo lugar.




Es una tarde fresca, el viento mueve las flores de los ceibos en un vaivén constante, desprendiendo algunas a su paso.
Las familias honran a sus muertos y les dejan flores, impregnando en el aire un exquisito aroma.
Carolina llora a su mejor amiga, aquella chica con sueños más grandes que los de cualquiera, con un alma tan llena de canciones que nunca serán reconocidas, con una pasión incontrolable hacia la vida, y cuyo arte expresaba la más pura de las melodías.
El piano encantado en el cementerio le recuerda a ella, a sus ágiles manos haciendo suyo el instrumento.
De pronto, una nota imperceptible para los demás empieza a invadir el lugar, y una paz inquebrantable se torna parte del ambiente.
Carolina cierra los ojos mientras siente a la brisa secar sus lágrimas, y aquella melodía reconstruye su alma.

Objetivo: Utiliza un cementerio como escenario para un relato.
Objeto: Un instrumento musical

Relato enero #Origireto2019

Este año me planteé como propósito retomar mi hábito de escritura, por lo que al ver la propuesta de Stiby y Katty acerca del Origireto, supe que tenía que inscribirme.

Digamos que tenía bastante sin ponerme en la labor, por lo que este relato no está escrito de la mejor forma, pero espero poder ir mejorando con el tiempo.


EL BOTIJO MALDITO


Un grupo de estudiantes se encuentra en el museo gracias a las exigencias de su escuela. Todos escuchan aburridos las palabras de la guía y asienten para que esta piense que les escucha, digamos que su presencia allí se debe igualmente a la cantidad de puntos prometidos por los profesores.
La guía se detiene frente a un botijo que capta la atención de los estudiantes, se encuentra resguardado en vidrio templado y justo como los demás, está hecho a partir de barro cocido; sin embargo, a pesar de este, y  de notarse bastante deteriorado por los años, transmite un color verdoso inquietante, como si este le otorgase luz propia.
La guía del museo empieza a explicar el origen de aquellos botijos, el cual se dio en la cultura argárica y era usado principalmente para la refrigeración del agua almacenada a partir de la evaporación; sin embargo, luego de un tiempo, su uso se extendió a otras civilizaciones las cuales lo usaron con el fin de preparar brebajes que podrían otorgarle a los humanos ciertos poderes sobrenaturales usando la luz del sol como energía principal.
Los chicos se detienen a  contemplar con todo detalle aquel botijo que tanto capta su atención, y algunos se acercan a leer la descripción del mismo, sin entender por qué aquel objeto tan común les causa tanta curiosidad.
Al verlos tan interesados en todo cuanto dice, la guía decide contarles aquella historia que se ha venido transmitiendo de generación en generación acerca de aquel objeto peculiar.
Se dice que un joven, el último de doce hermanos, recurrió a una vieja mujer que se autoproclamaba bruja con el fin de tener algo especial que fuese solo suyo, ya que sus hermanos eran dueños de todo cuanto le rodeaba. Hace poco había escuchado la historia de un hombre a quien ella había preparado uno de estos brebajes en particular y ahora era alguien que ejercía gran poder dentro de aquella población, y en cuyo nombre esculpieron una estatua de piedra, así que su ambición le hizo visitarla.
-¿Cuál es el propósito de su visita?- preguntó la vieja mujer adentrándole en su morada.
-He escuchado algunas cosas sobre usted-contestó el joven, algo nervioso dada la situación.
-Las personas suelen hablar demasiadas cosas ¿Podría usted ir al punto?- dijo esta vez la mujer acariciando a su gato con sus largas uñas. El joven se encogió en su asiento.
-He escuchado que usted puede hacer de un hombre común, alguien respetable- contestó el joven cabizbajo ahora que tenía toda la atención de aquella mujer intimidante.
-Por supuesto, eso no depende completamente de mí-dijo la mujer acercándose al muchacho.- ¿Tienes algo para ofrecerme?-preguntó esta vez extendiendo su descuidada mano hacia el joven, quien, tembloroso, no había traído nada más que su motivación de convertirse en el ser más respetado por sus padres y hermanos.
-Mujer-continuó cabizbajo- aún soy joven y no tengo fortuna, todo está ya destinado a mis hermanos mayores- respondió con miedo-pero puedo ofrecerle mi trabajo a cambio de un sorbo de aquello que les ha preparado a estos hombres poderosos- ofreció el joven aun sin poder mirar a aquella vieja mujer a los ojos, sentía que si mantenía contacto visual con ella podría convertirse en piedra.
-¿Cómo te atreves a acercarte a mi morada sin ofrecer nada más que tu mediocre trabajo?-exclamó esta, tomándole del brazo para arrastrarle fuera de su hogar.- ¡Estos jóvenes no tienen respeto alguno! ¡Espero y no regreses a menos que traigas algo para mí!- dijo antes de hacerle atravesar la puerta para dejarle fuera de casa.
El chico solo pudo sentarse a llorar en la arena, a tan solo unos pasos de la casa de aquella mujer. Creía que por primera vez lograría conseguir lo que sentía que merecía.
-¿Le ha hecho marchar?- preguntó una voz dulce acercándose, el joven levantó la cabeza y vio a una mujer hermosa de pie frente a él, por lo que de inmediato se sintió avergonzado de que éste se encontrase llorando durante su primer encuentro. El joven asintió para contestarle.
-A veces la tía puede salir de sus casillas fácilmente ¿Hay algo en lo que pueda colaborarle?-preguntó la mujer atenta a cualquier cosa que este pudiese contestarle.
-No lo creo, tan solo venía a probar algo de aquellos brebajes que tan famosos son- respondió con tímida voz.
-Siento no poder colaborarle con ello, caballero- la joven hizo una reverencia y se adentró en casa. El joven se levantó y se fue.
Pasaron algunos días en los que el caballero se acercaba continuamente a casa de aquella vieja bruja, pero ahora con una nueva intención. Tenía por misión conquistar el corazón de la hermosa mujer que había iniciado conversación con él durante aquella tarde. Esta, que tampoco le era indiferente, le proponía verse todos los días al amanecer en aquella vieja fuente del pueblo. Luego de algunos meses en los que compartieron confidencias, la joven decidió ayudar a su amado con el principal propósito que le había llevado a visitar su hogar, para lo cual tendría que robar aquel viejo botijo en el que su tía preparaba los más poderosos brebajes que ayudaban a los hombres a convertirse en respetables dentro de su pueblo.
-Creo poder colaborarle- dijo aquella joven durante uno de sus encuentros, el joven quedó perplejo, hacía ya un tiempo que había abandonado su propósito, así que le permitió continuar.- Para ello le voy a pedir que se acerque a la fuente durante el amanecer, así el sol, al renovarse, puede darnos de su más pura energía- el joven, que no entendía mucho acerca de energías o brebajes, solo prometió reunirse en el lugar propuesto por su amada.
Tal como le dijo la joven, así hizo.
Justo a la hora del amanecer, se encontrarían en el lugar acordado. Esta trajo el botijo que se había tomado el trabajo de robar a su tía, y él, todo cuanto ella le había pedido para que el conjuro funcionase. Cuando cada cosa estuvo en su lugar, la joven comenzó a hablar en un idioma que el chico estaba completamente seguro de no haber escuchado en ningún otro sitio, gracias a lo que se asustó un poco, debido a que el lugar se tornó pesado de repente.
-¿Cómo te atreves a traicionarme de esta manera?-preguntó una voz conocida por ambos mientras se acercaba, interrumpiendo el conjuro realizado por la joven.-Por cuanto a ti, muchacho ¿Acaso no fui lo suficiente clara? ¿No te bastó con todo cuanto te dije al echarte a patadas de mi casa? Y tú, mi sobrina, la niña que adopté y le enseñé todo cuanto sé ¿No te bastó con haberme robado? ¿Ahora también ayudas a aquel que se burló de mí? Gracias a que ambos escogieron desobedecerme, beberán de ese botijo, el cual maldigo a partir de hoy, y todo aquel que le tocare deberá morir. En cuanto a ustedes, serán siempre perseguidos, y ni un segundo de paz les será concedido. Vendrán males en la tierra, y estos se darán por su culpa, gracias a lo que serán asesinados a mano de espada para devolver la estabilidad al mundo.
Los estudiantes observan con asombro a la guía, jamás habrían imaginado que un objeto tan común como aquel tuviese una historia tan fascinante. Cada uno de ellos quedó con demasiadas preguntas dado el final de la historia; sin embargo, nadie se atrevió a musitar palabra, ya que miraban con asombro aquel objeto.
-Se dice que quien asesinó a la pareja conocía la maldición a la perfección, y aun así, decidió conservar este botijo bien resguardado en sus aposentos, hasta que llegó a este preciso lugar- culminó la guía, bastante contenta de haber captado la atención de los estudiantes al finalizar el recorrido.
Los estudiantes se marcharon en esa misma tarde, desconociendo el verdadero final de la historia, y sin poder figurarse el por qué en realidad los males en la tierra sólo estaban comenzando.


Objetivo: Centrar la historia en un botijo maldito. 01.
Objetos: Estatua de piedra y espada.